MONTERREY.- La sencillez y alegría que lo caracterizaban, se plasmó en varios rincones del mundo, en donde Celso Piña llevó el ritmo de la cumbia, que traspasó generaciones.Su carrera musical inició en una especie de sótano en el domicilio que habitó desde su infancia y hasta hace menos de dos décadas, en lo alto del Cerro de la Campana al sur de Monterrey.

Su hermano, Eduardo Piña, recuerda con orgullo algunos de los momentos que pasó junto a "El Rebelde del Acordeón".Apenas hace unos días, estuvo de gira por Estados Unidos y fue entonces, cuando notaron ciertos malestares en él.Sus amigos y vecinos de toda la vida, recuerdan la determinación con la que Celso trabajó hasta lograr su objetivo sin olvidarse de su barrio y la gente que lo acompañó en el camino.Otras personas atesoran sus discos de antaño. Y es que aun para los más jóvenes, es un ícono imborrable.