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Jóvenes y sanos; preocupan muertes inespetadas por Covid-19 de personas que se encontraban bien
Tres casos de personas jóvenes y en buen estado de salud le ponen rostro a las estadísticas más duras de la segunda ola de la pandemia.
La Organización Panamericana de la Salud informó que los menores de 50 años tienen cada vez más amenaza de contagio y muerte ante el Coronavirus. "Entre diciembre de 2020 y marzo de 2021, las tasas de mortalidad entre menores de 39 años se duplicaron en Brasil y se cuadruplicaron para las personas de entre 40 y 50 años", puntualizó la OPS hace algunas semanas.En Argentina golpea una segunda ola que parece ampliar el rango etario y sacudir a los menores de este rango de edad, así como sucedió en Brasil, donde la variante de Manaos, detectada a fines del año pasado, es señalada como responsable del cambio demográfico."Estamos en presencia de cepas más agresivas e infectantes, pero también existe una falta de conciencia de la gente, cierta desidia e ignorancia, además de una notoria falta de vacunas", enumera Eleonora Cunto, jefa de terapia intensiva del Hospital Muñiz.Ante la preocupación, se suman casos de personas jóvenes y en buen estado de salud que perdieron la batalla contra el Covid-19, lo cual ha generado gran incertidumbre. Invencible en la canchaDurante el último mes, en el país argentino hubieron numerosas muertes de personas jóvenes, de entre 20 y 50 años, sin enfermedades prevalentes. Como el caso de Joel Rutigliano, de 35 años, jugador de rugby del Berisso Rugby Club, que murió el 26 de abril, después de diecinueve días internado en el Hospital Rossi de La Plata.
"El Gordo se fue de manera imprevista y dejó un espacio vacío imposible de llenar. Se me fue un hermano", describe con dolor Nicolás Santilli (28), compañero dentro y gran amigo fuera de la cancha.Todavía devastado por "la inesperada partida", Santilli no puede creer que Joel esté muerto. "Un pibe que jugaba al rugby desde los ocho años, pero también hacía tenis dos veces por semana, un pibe súper activo... Era un recio para jugar, vehemente, trababa con la cabeza si era necesario. Fuera de la cancha era un pan de Dios, un pibe cálido, entrador, con una capacidad para caer bien que no la había visto con nadie. Y de esa clase de personas que jamás te iba a generar preocupación, aún sintiéndose mal. Y el Gordo se la bancó hasta el final sin una queja, estoy seguro, me lo imagino".Perder a dos hermanasEn una semana, Freddy Güida, de 26 años perdió a sus dos hermanas, Aldana (21) y Marina (29), quienes cursaban la carrera de Biología. Muertes que conmocionaron a la ciudad de Concordia. "Es tremendo lo que nos pasó a toda la familia, caímos todos contagiados, una locura. Y a mi mamá le acaban de dar el alta del mismo hospital donde murieron sus hijas. Terrorífico".
Aldana, la menor, convivía con su novio, mientras que Marina, con dos hijos, estaba separada y vivía con sus padres y su abuela de 90 años, a quien cuidaba. "Ninguna tenía enfermedades preexistentes, no entiendo qué pasó con ellas, no sé si estaban tan graves o el hospital (Concepción Masvernat de Concordia) no estaba preparado. Pero Aldana fue internada el 30 de abril, murió el 3 de mayo y no la pude despedir. Y a Marina la internamos el viernes 7 y murió cuatro días después por una neumonía bilateral. Entré a terapia, la vi intubada, me acerqué y le dije que íbamos a cuidar a sus hijos", recuerda abatido el padre de las chicas.La sonrisa que se apagóLa sonrisa es lo primero que a Belén (19) se le viene a la mente para pensar en su hermana Sol Casella. Y dice "la sonrisa" con la mayor tristeza del mundo, ya que Sol murió el viernes 14 de mayo, a los 23 años, en la clínica Sagrado Corazón, generando consternación en el personal médico que la atendió. "Uno de los clínicos que estuvo siempre al lado de Sol se puso a llorar desconsolado y recibimos un mensaje en nombre del cuerpo médico, que no podía explicar ni entender qué había pasado".
Entre desvelada e insomne, Belén cuenta que "se dio todo muy rápido, fulminante, para alguien súper sana como Sol, que el 18 de abril dio positivo y el 22 ya se encontraba internada en una sala normal. Pero evidentemente no podían oxigenarle los pulmones y el 1° de mayo la trasladaron a terapia intensiva. No respondía a la medicación y un médico advirtiendo que Sol estaba muy caída anímicamente, convencida de que no saldría de esa situación, permitió que mi mamá pudiera verla, entubada, lo que fue un shock".En los tres casos, los amigos y familiares hablan de "algo impensado por la edad", "incomprensible por no tener patologías preexistentes" y "lo fulminante del ataque del virus". Como mencionan los neumonólogos Cunto y Masdeu, "estamos en presencia de variantes más dañinas, que no distinguen edades". Y una advertencia de la doctora Cunto, del Muñiz: "No dejen que la enfermedad avance para hacerse controles médicos, que no pasen más de siete días... Estamos notando que muchos pacientes ya llegan graves".
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