El día de los Santos Inocentes, para México, y otros países donde se habla el castellano, está marcado en el calendario el 28 de noviembre. Exactamente tres días después de que ocurrió la Navidad, es decir, el nacimiento de Jesús.

El origen de esta fecha está relacionado, según la creencia católica, con la orden del rey Herodes El Grande de matar a todos los niños menores de dos años nacidos en Belén, para no coincidir más adelante con quien sería el rey de los judíos, el propio Jesús.

En la actualidad, el Día de los Santos Inocentes se recuerda con bromas de todo tipo, desde noticias falsas en medios de comunicación y plataformas de Internet, hasta las ocurrencias de algunas personas de pedir algo prestado con la intención de no regresarlo.

No obstante, el Evangelio de Mateo señala la existencia de tres sabios de oriente que buscaban al niño recién nacido guiándose por una estrella, que se detuvo en el sitio donde estaban María y José con el niño. A quien ellos le ofrecieron oro, incienso y mirra.

A estos personajes, que ahora se conocen como Santos Reyes o Reyes Magos, los llamó Herodes para preguntarles por el niño, la estrella que siguieron y la ubicación para ir -también- a adorarlo; pero ellos no le dieron esa información.

Herodes, al saber que los sabios no le dijeron dónde encontrar a Jesús, fue cuando mandó matar a los niños; hecho religioso que se recuerda año con año, pues qué niño de esa edad podría cometer un delito grave o podría tener la intención de acabar con un reinado.

Además del sentido religioso que puede tener esta fecha, el 28 de diciembre también es esperado por los bromistas para engañar, confundir e incomodar a otras personas, quienes suelen olvidar qué día es y caen en el engaño, o inocentada.

Tal vez lo recuerden cuando les dicen “Inocente palomita, que te dejaste engañar”. En esta dinámica también participan algunos medios de comunicación, distorsionando información, de manera positiva o negativa, pero haciendo inocente a su audiencia, o intentándolo, al menos.

Los nombres de los “Reyes Magos”, Melchor, Gaspar y Baltasar, así como los animales en los que tenemos la idea de que llegaron al pesebre donde se encontraba Jesús: un caballo, un elefante y un camello; son elementos que han ido agregándose a esta historia a través del tiempo.