¿Sabes por qué se comen 12 uvas en Año Nuevo?

El Año Nuevo llega cargado de nuevos proyectos y propósitos y muchas personas realizan algunos, con la esperanza de tener un año próspero y en abundancia.

Uno de las prácticas más populares, es la de comer 12 uvas, durante el brindis, mientras suenan las últimas doce campanadas del año.

Hay varias versiones sobre el origen de esta costumbre; sin embargo, la que ha cobrado mayor relevancia es la que asegura que a finales del siglo XIX, algunos hombres del campo en España, que vieron su cosecha más que abundante, decidieron venderlas en paquetes de varias piezas, bautizándolas como Las Uvas de la Suerte. Obviamente, el único fin era venderlas lo más rápido posible.

No obstante, la costumbre se popularizó por todo el país hasta los primeros años del siglo XX; especialmente entre la clase alta, que alardeaba de disfrutar, en las fiestas de Año Nuevo, champaña y uvas en considerable abundancia.

Por su parte, la clase baja no podía darse ese gusto y se limitaban a comprar una pocas; tal vez, 12 eran suficientes, pues el año tenía sólo 12 meses.

Así, surgió la idea de comer una uva, por cada campanada. Y cada una, iba acompañada de un deseo por cumplir en el Año que recién comienza.

Rápidamente, la tradición se extendió, no sólo en otras regiones de Europa, sino que también llegó al continente americano, teniendo gran arraigo en países como Brasil, Uruguay, Colombia y, por supuesto, en México.

Sin embargo, es bien sabido que, al crecer la demanda, también lo hacen los precios. Y ante el alto costo de las uvas, hay familias que deciden economizar, sustituyéndolas por uva pasa o por trocitos de otras frutas.