MONTERREY. - Viven al día, sin un plan de vida. comen lo que hallan en la calle, duermen donde les cae la noche y no hay ilusión que los empuje a mejorar.Quizá por eso no les interesa vacunarse contra el Covid-19.Quiénes viven en condición de calle no tienen un programa especial de vacunación, y deben integrarse en las jornadas normales. Pero nadie los visita para exhortarlos a acudir, y tampoco se ve les interese vacunarse.Son diversas las circunstancias que los obligaron a vivir en situación de calle, algunos están inversos en un mundo de alcoholismo, pero otros son jóvenes y conscientes qué pueden salir un día de ahí. Son los que optan por vacunarse.En el mundo de evasión en que vive la mayoría no ocupan más que asegurar el vehículo que los lleve a él, pero cuando aterrizan en la vida real, piensan en vacunarse. El problema viene cuando despiden una credencial de elector que no tienen.Ahí lugares donde se reúnen a dormir, cómo cerca de hospitales, dónde tienen la ventaja que todos los días hay almas caritativas se llevan comida a familiares de enfermos, Y de paso a los indigentes.Sin vacuna podría pensarse que corren más riesgos de contraer Covid-19, pero tienen dos ventajas: las condiciones en que viven y que de alguna manera los inmunizan, y que la gente les concede el derecho a una sana distancia.

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