El árbitro Brian González cometió una falla imperdonable en el partido entre Santos y Pumas, donde expulsó a un jugador que no hizo nada, en cambio perdonó a uno que metió la mano.Corría el minuto 12 del primer tiempo cuando un remate de Santos estuvo cerca de entrar a la portería de Pumas, pero Martín Barragán alcanzó a detener el balón con la mano lo que significó un penal. 

El penal fue detenido por José Castillo, que evitó la caída de su marco, pero si eso hubiera sido todo, las cosas hubieran quedado en calma. Sin embargo, previo a cobrar el penal, de forma inexplicable el árbitro expulsó a Jesús Andrés Rivas, quién apenas cumplía su tercer partido en el primer equipo de los Pumas y salió llorando del campo.

La confusión reinó en la cancha, pues el árbitro pensó que Rivas había metido la mano y Barragán nunca admitió su culpa, por lo que el joven puma tuvo que abandonar el campo.