El Clásico Regio 118 debe ser uno de los mejores jugados de los últimos años. Terminó en un empate justo, estuvo para cualquier lado el gol del triunfo. Las estadísticas marcan la misma tendencia: 59% de posesión para Tigres, 14 remates de Rayados y 3 a puerta, 17 de Tigres con 5 en dirección de gol. No fue tan disparejo.Las posturas clarasParecía que los primeros 45 minutos serían con un Tigres cediendo la pelota a Rayados, pero no era eso, simplemente el equipo de Ricardo Ferretti estaba sufriendo la presión alta que le propinaba Rayados.Los primeros ataques felinos fueron con espacios, a campo abierto, aprovechando el buen momento que vive Luis Quiñones y consiguió generarle a Vargas una gran opción de tiro que ejecuta de muy mala forma y la vuelta a 2 metros del arco.Funes Mori tuvo su oportunidad, dentro del área chica gana un balón a Salcedo y el argentino remata pero Nahuel hace la gran atajada del encuentro.Todo lo que intentaba hacer Tigres era presionado por Rayados, no de una forma solo física y emocional, sino que había un muy buen orden táctico para hacerlo. Siempre había 2 de Monterrey sobre un receptor Tigre, obligaban a tirarla larga a donde no podían controlarla. Así fue la mayor parte del primer tiempo.El temple de Vangioni, la definición de Funes MoriVangioni centralizado, haciendo paredes, todo gracias a la presión alta. Avanza, toca, se mueve, busca dar el pase y Funes Mori hace mucho en un espacio muy corto. Recibe, se acomoda y toma el recurso del taconazo para marcar el 1-0.No cambió muchoToda la primer parte se mantuvo bajo la misma tónica de presión. Si la tenía Pizarro o Carioca, había uno encima. Si iban a las bandas, había dos, si la pasaban a Nahuel estaba con él Funes Mori. Estaba siendo un gran partido de Rayados, minuciosamente calculado por parte de Diego Alonso.La declaración de intencionesRicardo Ferretti hace un cambio apenas empezando el segundo tiempo: quita a Meza amonestado y coloca a Hugo Ayala. No más. No hubo cambios tácticos, tal vez personalmente le pidió algo específico a un jugador, pero no cosas tan notorias.Conforme avanzaba el tiempo, aunque estaba el mismo cuadro, nos dábamos cuenta que Rayados no era el mismo. Sí presionaba, pero cada vez menos. La distancia entre Funes Mori y Barovero se hacía corta, el equipo estaba demasiado compacto defendiendo, y Tigres llegaba al último cuarto del campo.Todo quedó claro cuando decidió, al minuto 75, sacar a Dorlan Pabón para que ingrese Johan Vásquez. Delcaración de intención por parte de Diego Alonso: quiero defender. Una mala movida estratégica que habla de miedo, de querer aprovechar errores de rival en lugar de buscar provocarlos. El equipo renunció a la presión y se dedicó a esperar.Tigres se sirvió con la cuchara grande. Constantes ataques por las bandas, subía Chaka, se botaba Valencia, constantes acercamientos de Dueñas, un total de 13 tiros y 4 al arco consiguieron los felinos en la segunda parte, y Rayados apenas 5 siendo 0 de ellos con dirección de gol. Monterrey se cayó.El cambio de Alonso no puedo entenderlo desde la parte meramente futbolística, ¿sería que se rindió el físico de la mayoría y volvió imposible la presión?Hay que decir que el gol es 60% de Luis Quiñones, por la jugada y viveza de tirar, pero el 40% es de Barovero, quien quiere anticipar la jugada y regala todo el arco. Antes ya le había atajado un gran zurdazo a Luis, pero al 81 entregó su arco.JusticiaNos divertimos, hay muchas cosas que analizar a detalle. Tenemos apenas unos días para hacerlo, porque el martes y miércoles otra vez hay partidos de Liga de Campeones de CONCACAF. El fútbol regio no para.DP